A veces hago una pausa, me acuerdo de ellos, y me paro a intentar imaginar que habrán almorzao esta gente hoy y como les irá la vida después de todo este tiempo. Jamás obtengo una respuesta clara, natural, pero espero que les vaya bien porque son los representantes de todo lo que vino después de esos aplausos.
Y ya está, este post no es mucho mas que eso. No va mucho mas allá, es solo un recordatorio porque a veces pasan los meses y la gente se olvida de los que aplaudían en los balcones, llamaban a la policía o directamente te gritaban desde sus balcones por hacer algo que hasta ayer era lo normal, pasear. Yo personalmente no os olvido, y tenéis todos, los cuatro, un rinconcito guardado en mi corazón.