Tras haber llegado a los 40 millones de followers en Instagram, Kendall Jenner, la otra hermana de Kim Kardashian, se ha sacado una teta para celebrarlo.
No la critico, al contrario. Estoy totálmente a favor de enseñar las tetas en Internet. Todo mi apoyo a ese tema. Es más me parece hasta una respuesta ejemplar ante la come flores que hace unos días lloriqueaba en Youtube mientras contaba que iba a dejar todas sus redes sociales, no creo que necesites que te cuente yo la historia lleva días en todos lados. Essena Oneill, venía a decir que las redes sociales eran una ilusión y que detrás de todos esos followers y «likes» solo había depresión por su parte y negocio por parte de las marcas. Es como si un actor viene a decirte que detrás de su último papel protagonizando Superman se había dado cuenta que detrás del cine solo había mentira, que él no podía volar y que además en esa escena en la que salía desayunando cereales la marca había pagado cientos de miles de dólares por salir.
El problema es que Essena Oneill, la llorona, se había creído su propio personaje y que además probablemente si prestamos un poco de atención al resto de sus vídeos en Vimeo, concretamente este, podemos deducir que hay enormes posibilidades de que también adolezca de un trastorno bipolar importante. Eso siempre si nos creemos la historia de principio a fin y no es simplemente todo parte del espectáculo, organizado por ella misma o terceros, para promocionar esa web en la que pretende promover el veganismo, la lucha social, el multiculturalismo, la teoría conspiranoica del cambio climático y una montaña más de basura socialista. Porque el tema es ese, dice que se va, se va pero no termina de irse. Es una larga agonía.