17.09.2016
Hoy te voy a enseñar que la gente no se divide en razas sino en tribus

Colin Kaepernick era simplemente un jugador de futbol americano hasta que la semana pasada, antes de un partido, se negó a ponerse de pie durante la entonación del himno de los Estados Unidos en señal de protesta. ¿Cuál era su protesta? Según lo que él mismo explicó en una entrevista, protestaba en contra de la opresión que los negros y las minorías sufren en Estados Unidos.

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Hay que entender el contexto. Colin Kaepernick ha hecho esto en el contexto del enfrentamiento entre la policía y el grupo de negros agitadores “Black Lives Matter” que llevan dos años sembrando la discordia en los Estados Unidos con el cuento de que la policía discrimina a los negros y los mata a propósito. Los medios de comunicación, que no pierden la oportunidad de ganar dos puntos de rating a costa de lo que sea, cada vez que muere un negro a manos de la policía hacen de eso el espectáculo del mes. No hacen lo mismo cuando muere un blanco, claro, así que la mayoría de la gente que sólo se informa con lo que ve en la televisión, piensa que en los enfrentamientos la policía sólo mata a negros.

Ponerse en contra de la policía ha sido siempre una manera muy fácil de transgredir y hacerse el rebelde. No hay un truco más viejo que ese porque las palabras salen gratis, no hay que hacer mucho, y la policía no toma represalias en contra de quien los insulta. Por eso hay tanta gente aplaudiendo a Kaepernick y a Black Lives Matter y poniéndose en contra de la policía aún cuando está más que demostrado, que no hay discriminación alguna.

Por eso cuando Kaepernick salió diciendo que si el tenía que arriesgar su carrera como quarterback para denunciar las atrocidades que se cometen en América, colgaba su uniforme, cualquiera con dos dedos de frente se daba cuenta de que eran palabras vacías, era un teatro. Nadie va a echar a Kaepernick del equipo por decir eso, al revés, iba a salir en brazos del estadio, aupado por todos, por los medios de comunicación, los profesores universitarios, los grupos de agitadores sociales en su conjunto, las feministas, Reddit, y los hombres de baja testosterona.

Lo que sí le hubiese costado la carrera hubiese sido lo contrario. Salir diciendo que el problema que tienen los negros en Estados Unidos es que siendo el 12% de la población cometen el 56% de los crímenes violentos y la policía los conoce y se toma sus amenazas en serio porque trata con ellos todos los días. Pero hablar de estas realidades es cosa de racistas y si te tildan de racista entonces sí que puedes perder tu uniforme y con eso sí que no se juega.

Lo único que le está pasando a Kaepernick después de haberse quedado sentado durante el himno es que está saliendo en todos los canales de televisión, le dedicaron el primer episodio de la nueva temporada de South Park y posiblemente lo contraten en breve para ser la imagen de algún producto o para salir de extra en algún vídeo musical de Bon Iver, por ejemplo. Porque Colin Kaepernick ha dejado de ser un simple jugador de fútbol y se ha convertido en un símbolo político. ¿De qué? Pues de lo que quieras. De lo que más te guste. Para los de izquierda es una inspiración y un símbolo de resistencia. Para los libertarios es un símbolo de la libertad de hacer lo que te de la gana, para la mayoría de la gente es solo un símbolo de oportunismo.

Hay gente que se conforma con la vida que tiene. Otros usan lo que tienen a su disposición para sobresalir. Para ganar dinero o para hacerse notar. Si tienes talento y te gusta trabajar no te hace falta recurrir a estas cosas, pero ¿qué haces cuando no lo tienes? Usas la política del victimismo. Si eres una mujer fea hablas del acoso sexual al que has sido sometida durante toda tu vida (mentira), si eres obesa hablas de cómo eres muy saludable a pesar de tener 60 kilos de sobrepeso y si eres medio moro medio negro como Kaepernick, te unes a Black Lives Matter. Si eres blanco, hombre, y estás en forma, no te preocupes, puedes ser bueno siempre y cuando te hagas un “aliado” convirtiéndote en el enemigo de todos los que son como tú.

La teoría fácil es que es un problema de razas y que hay diferencias irreconciliables entre ellas. Pero no se trata de un problema racial, sino de un problema de prioridades. Porque hay otros medio moros medio negros que sí están en contacto con la realidad como Lil Wayne, que quizás sea el primer negro en decir en televisión que jamás ha sufrido de opresión ni de discriminación por ser negro en los Estados Unidos:

La entrevista del vídeo de arriba era para preguntarle su opinión acerca de Kaepernick y Lil Wayne les dice toda la verdad. Los entrevistadores, que no están muy acostumbrados a que la gente diga las cosas como son, pasan los siguientes diez minutos tratando de convencerlo de que está equivocado. Lil Wayne no se echa para atrás ni se disculpa en ningún punto de la entrevista.

Lo primero que le pregunta el primer entrevistador es qué opinión le merece lo de Kaepernick con el himno.

Respeto al hombre y a sus decisiones, es todo lo que puedo hacer. No tengo una opinión sobre eso porque no estoy lo suficientemente metido en el tema como para poderte dar una opinión. Estoy tan poco metido que tuve que pedirle a alguien que me explique por qué estaba haciendo eso porque no sabía qué estaba pasando, y creo que todavía no lo sé muy bien. Alguien tuvo que decirme: “es por lo de Black Lives Matter y toda ese movimiento” y a mí la ola esa me pasó por encima, pasó muy rápido y no puedo dar una opinión. Simplemente dije “oh, vale”

Un entrevistador se da cuenta de que a Lil Wayne le da igual lo de Kaepernick y que su respuesta no es la esperada porque no ha conseguido generar el dos minutos de odio racial que garantice los dos puntos de rating que su jefe necesita, así que opta por usar otra perspectiva. Le pide a Lil Wayne que se olvide del caso puntual de Kaepernick y que le hable un poco acerca de la tensión racial en Estados Unidos, así, en general. Lil Wayne no cae:

No deberías preguntarme eso porque no te va a gustar mi respuesta. He tenido muchísima suerte, mucha dicha. Todo mi camino, en mis 33 años no he tenido otra cosa más que dicha. Nunca, y sé que “nunca” es una palabra fuerte, pero nunca nadie ha sido racista conmigo. No sé si es porque soy muy dichoso, pero es mi realidad. Sería capaz de decir que la tension racial se ha terminado pero obviamente no se ha terminado.

El entrevistador le da una última oportunidad a Lil Wayne antes de colocarlo en la lista de enemigos de la causa: “¿Quieres decir que nunca has sido discriminado ni has sufrido un trato ofensivo por parte de las otras razas?”

Lil Wayne responde:

No, nunca.

Y el entrevistador le dice la mejor frase de todo el vídeo: “wow, sí que eres dichoso”, pero la frase no se la está diciendo a Lil Wayne. Se la está diciendo a la audiencia. Porque una vez que ha comprendido que Lil Wayne no va a ser su cómplice ni va a decir que ha sufrido mucho por ser negro, su deber es aclararle a la audiencia que eso no es normal sino que es una excepción. Lil Wayne no ha sufrido de discriminación porque ha tenido muchísima dicha, ¿eh?

Si la entrevista hubiese terminado en ese punto me hubiese ido con la idea de que a Lil Wayne la política le interesa poco, dijo la verdad por desinterés. Pero lo que dijo después me hizo darme cuenta de que Lil Wayne sabe perfectamente lo que está pasando y es la antítesis de Kaepernick. Cuando el otro entrevistador le pregunta si es capaz de ver el problema de racismo en general, Lil Wayne le dice lo siguiente:

Claro, todos queremos que alguien averigüe qué es lo que está pasando y lo detenga, o al menos intente detenerlo, que todos nos unamos y pensemos en una solución. Quizás sólo el hecho de que nos unamos sea en sí mismo la solución, pero primero tenemos que saber cuál es la causa. Obviamente tenemos muchas diferencias, algunos creen que es una cosa, otros creen otra, pero si me lo preguntas a mí, mi respuesta es siempre la misma: mi política, mi bandera, mi país, mi nación, mi mundo, todo, son Reginae, Cameron, Neal, y su hermano Tuney. Eso es todo. Esa es mi nación, esa es mi bandera, esa es mi protesta o mi no-protesta, es lo único que me importa, esos cuatro niños.

Lil Wayne le dice que a él lo de las razas le da igual porque lo único que le interesa son sus hijos, su familia. No solamente está en desacuerdo con Kaepernick, es que sus prioridades son opuestas. Lo que motiva a uno y lo que motiva al otro son dos cosas irreconciliables y aunque ambos son negros, uno se pliega a Black Lives Matter, y el otro sale a defender a los policías blancos en la televisión, como lo hace Lil Wayne al final de esa entrevista.

¿Qué es lo que genera esta fricción social si no es un problema de razas? ¿Qué es lo que nos divide y lo que nos enfrenta? Lo más fácil es dividir a la sociedad de acuerdo con las características más visibles. Dividir a la gente en razas, o en estratos sociales, o por afiliación religiosa. Son todas cosas que podemos medir. Pero la gente no se divide de esa manera, no en realidad. Las divisiones sociales que importan no son visibles porque no son materiales, son divisiones que se crean en torno a las prioridades de la gente, y se forman unas tribus invisibles que nadie entiende porque no se ven.

La tribu a la que pertenece Lil Wayne es un tipo de persona que tiene dos prioridades: ganar dinero y cuidar muy bien a su familia. A esta tribu pertenece un taxista, un electricista, un dentista, y uno que se despierta todas las mañanas a las 7 para abrir su tienda. Pueden ser de razas muy diferentes, de religiones distintas, de estratos económicos diferentes, pero todos suelen votar al mismo partido. Todos apoyan y rechazan causas similares. ¿Cuál es la característica que los une? El hecho de que todos quieren ganar dinero y ninguno quiere ser empleado de nadie más. Casi todos opinan lo mismo que Lil Wayne, que su familia es lo que les importa y quizás sea por eso que quieren ganar dinero. Este tipo de gente jamás se une a movimientos como Black Lives Matter, y no le hacen un feo a la bandera, porque la rebelión no es uno de sus ideales. De más está decir que no votan a un partido comunista jamás.

La mayoría de las feministas, los comunistas, y cualquiera que ponga un puño en alto pertenece a otra tribu que tiene muy poco que ver con la que describí antes. Tienen una diferencia de prioridades. A este grupo lo que le importa es la intelectualidad en sí misma. Casi todos van a la universidad, pero eligen carreras sin un fin práctico como filosofía, ciencias políticas, o historia del arte, carreras cuya única salida es permanecer en la academia y convertirse en profesor para formar nuevos estudiantes que serán nuevos profesores, como una especie de ouroboros del despropósito. Son enemigos del sentido común porque la intelectualidad muchas veces está reñida con la razón. Si sigues la razón y el sentido común llega un punto en el que todo está dicho. Por lo tanto si quieres el trocito de gloria que te corresponde como teórico de un tema lo único que puedes hacer es elaborar algo artificial encima de la verdad. Esta es la gente que se une a Black Lives Matter, que alza el puño, que vota a comunistas, el partido verde, o a gente como Podemos. Porque viven en un edificio de teorías artificiales que están desconectadas de la realidad práctica.

Hay otras tribus, no son solamente estas dos, pero con estas dos nos basta para entender cuál es la principal diferencia entre Lil Wayne y Kaepernick, o por qué la tensión que hay en Estados Unidos no es real y no nace de diferencias raciales sino de la fricción entre dos grupos de gente que no se entienden porque tienen dos formas diferentes de entender el mundo e ideas distintas de lo que quieren para sus vidas.


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