04.04.2019
Una buena canción y un hotel

Lo mismo por su nombre de ahora «Anohni» no sabes quién es, pero hay posibilidades de que lo recuerdes por su nombre anterior Antony Hegarty, una especie de Falete de Nueva York que cantaba en un grupo que se llamaba Anthony and the Johnsons. Sea como sea, da igual si no sabes quién es, esto no es una web de enteradillos en música sino un lugar donde los caballeros vienen a buscar cosas interesantes y esta canción lo es, recuerdes al que la cante o no. El primer minuto es excelentísimo, el resto de la canción también.

Por cierto llevo días asustadp porque veo sombras por el rabillo del ojo pasarme por detrás mientras estoy sentado delante del ordenador. No soy una persona miedosa, excepto si hablamos de fantasmas o seres de sobrenaturales tal vez. Me estoy quedando estos días en un hotel famosísimo, ya me he quedado aquí otras veces, y estoy convencido desde hace tiempo de que hay mucho que contar en este hotel acerca de fantasmas, portales a otras dimensiones y constructores luciferinos.

Por lo general la gente cuando piensa en hoteles y fantasmas piensa en lugares decadentes, viejos, con antiguas habitaciones e historias de crímenes en ellas pero créeme las cosas no funcionan así. Las puertas a otros mundos están en los mejores restaurantes y sobre todo en algunas plantas de los mejores hoteles. El lujo, sobre todo el lujo oriental, va muy unido a ese tipo de cosas y las puertas al ultramundo siempre son artificiales y creadas por el hombre y ¿quién en su sano juicio va a abrir una puerta al ultramundo en un hotel viejo si puede hacerlo en un lugar como este? Este es un hotel extraordinario, dicen que es el mejor hotel del mundo pero yo hay días en que lo dudo, sea como sea aquí grabaron una película muy famosa en la que el hotel es uno de los protagonistas y eso le ha dado bastante caché al lugar. Las vistas desde mi habitación son estas:

Lo último en lo que pensaría cualquiera al asomarse por esta ventana es en fantasmas, pero yo estoy convencido de que este hotel es una puerta a uno de esos lugares. Estoy escribiendo esto desde mi teléfono, son las 5 de la mañana y mientras caminaba hasta llegar aquí tenía la sensación de estar caminando por pasillos y salones atestados de gente, por un momento he necesitado casi abrirme paso a pesar de que no me he cruzado con nadie en todo el camino. Necesitaba escribir esto aquí para tener constancia mañana cuando me despierte de que todo esto ha pasado y no lo he soñado.

Por cierto ese taxi que llega a esta hora y entre semana a un hotel la mayoría de las veces transporta a una señorita en su interior.


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