Llevo mucho tiempo escribiendo aquí en Greenshines. Cuando empecé a hacerlo, si querías contar algo a la gente la única forma que había era crearse un blog. Escribías algo, ponías algunas fotos, y la gente iba a tu blog a diario a leerte. Pero en 15 años las cosas cambian. Cosas que era imposible hacer hace unos años, hoy se pueden hacer sin mayores complicaciones. Los vídeos, por ejemplo, eran algo complicado entonces. El alojamiento era muy caro y la velocidad de internet no era la suficiente como para poder ver vídeos en streaming sin interrupción. Poner vídeos en tu blog en principio era imposible, después era posible pero muy difícil y muy caro, hoy cualquiera lo puede hacer.
De manera que si hace 15 años una persona entraba en tu blog para leer lo que querías contar, hoy posiblemente prefiera verte en vídeo. Es más fácil ponerte unos auriculares y ver un vídeo en el móvil mientras vas en el autobús, que ponerte a leer un blog. Si no es más fácil al menos hay una gran masa de gente que lo prefiere. Por eso pensé en hacer un videoblog: además de escribir posts en Greenshines podría contar cosas usando vídeos, no solo era una forma de darle a la gente lo que le gusta sino que además me parecía divertido a mi.
Me gusta tener el control de mis cosas. Si un vídeo mío tiene o no tiene publicidad es porque yo se la he puesto o he decidido no pornérsela, no porque se la ha puesto Youtube. Si un vídeo mío desaparece es porque yo quise borrarlo, no porque una mañana me levanté y Youtube me borró el vídeo. Cuando nadie te conoce es posible que sea más fácil empezar en Youtube porque allí puedes encontrar una audiencia que de otra manera difícilmente te encontraría. Pero si ya tienes gente que te sigue, subir tus cosas a Youtube no tiene grandes beneficios. Aunque siempre estoy seguro de mis ideas, a veces puede ser que me falten datos, y que si la gente usa mucho Youtube, haya otra razón de peso que yo desconozco. Por eso decidí hace algunas semanas ir a mirar qué estaba pasando allí.
Hasta entonces usaba Youtube como lo usa todo el mundo: sin tener una cuenta o estar loggeado en ella. Cuando iba a Youtube era porque alguien me había enlazado a un vídeo. A lo que voy es que no era un “usuario” regular de Youtube, no entraba por mi propio pie a ver qué había puesto la gente ese día. Por eso no estaba suscrito a muchos canales, aunque si seguía a un par de personas. A uno de ellos lo seguía porque una vez puso un vídeo que me gustó de las colas en las apple store el día que salio el iPhone 5 y me suscribí a su canal. Cuando entré a Youtube a ver qué estaba pasando visité su canal y descubrí que tenía un vlog y subía vídeos cada día.
Los vídeos iban acerca de su vida: salía su casa, su oficina, la gente que lo rodea, la ciudad en la que vive, etc. El vlog es popular y hay otros vlogs parecidos, que hacen lo mismo que solían hacer los blogs personales hace unos años. Los autores son todos bastante populares y muchos se conocen entre sí. A veces sale algún vlogger en vídeos de otro. Esa fue la primera cosa que me pareció rara: aunque no se conocían mucho porque -entre otras cosas viven en diferentes países o ciudades- cuando un vlogger visitaba a otro y aparecía en el vídeo daba la sensación de que eran amigos de la infancia. La cercanía era forzada.
Siguiéndolos durante meses me di cuenta de que pasaban más cosas curiosas. Por ejemplo, todos usaban el mismo monopatín, se compraron la misma cámara de fotos, usaban los mismos servicios como Amazon Prime Now, o Uber. Y no eran modas que se dan entre amigos de manera natural porque la moda les duraba exactamente una semana, cuando terminaba esa semana no volvían a hablar del tema o a enseñarlo en sus vídeos. Además compartían toda una serie de actitudes similares. Por ejemplo, todos adoptaron la costumbre al mismo tiempo de hacer una sección de “correo” en la que abren paquetes en la cámara y enseñan productos diferentes que les envían los «fans», todos con logotipos enormes de marcas.
Además los más populares van rodeados de una corte de 5 ó 10 amigos, que nadie sabe quiénes son o qué hacen. Salen con ellos a diario, compran cosas, viajan y hacen cosas que una persona joven sin más trabajo conocido que acompañar a su amigo «el youtuber» no podría hacer. Con el tiempo algunos de esos amigos se independizan y pasan a ser un personaje principal de su propio vlog con otra corte de amigos, que no son los mismos que tenían antes, son amigos nuevos, y el ciclo vuelve a comenzar. Se multiplican como los gremlins. El de las barbas que era amigo de aquel, ahora tiene un canal de cocina. El de las gafas de sol sale un día de la noche a la mañana diciendo que ahora es dueño de un start-up que dicen que va a rivalizar con Snapchat.
Me parecía todo tan raro que me di cuenta de que las probabilidades de que fuese verdad eran pocas. Así que me puse a mirar qué estaba pasando en Youtube en España, a lo mejor eso solo pasaba en Estados Unidos y en España era todo más normal. Hay cuentas de Youtube de españoles con millones de suscriptores, y con estos pasa algo curioso que no ocurre con los vloggers americanos y es que si pones sus nombres en Google aparece un gran número de artículos en los que se discute lo que ganan al año según los visionados de sus vídeos en Youtube. Si buscas el nombre de un vlogger americano, también encuentras artículos sobre ellos, pero el dinero no se discute, se habla de la calidad de sus vídeos, de lo mucho que influencian a la gente que los ve, pero no hablan del dinero que ganan. Los españoles, sin embargo, aparecen en listados de “los youtubers que más dinero ganan” Según algunos de estos artículos el español que más dinero gana está percibiendo entre 7 millones y 500 mil dólares al año gracias a sus vídeos de Youtube. Es decir, que lo mínimo que está ganando son 500 mil dólares al año.
Sin embargo, si ves los vídeos de los vloggers españoles que aparecen en esos listados te das cuenta de que su nivel de vida no concuerda con el dinero que supuestamente ganan. Viven en el típico piso que podría tener cualquier persona de su edad algunos incluso peor, uno de ellos deja que oigamos como se pelean sus vecinos, una familia de inmigrantes chinos en una especie de piso patera, por lo demás comen el mismo tipo de cosas, se visten con la misma ropa, y no parece que el dinero les alcance para mucho. A uno de ellos se le rompió la cámara de 300 euros con la que grababa y parecía que se le había muerto un familiar. Otro de ellos fue a Japón hace poco y se quedó en un albergue con literas y 20 desconocidos. Suelen discutir por descuentos y cupones, y comen sandwiches de atún liados en papel de plata en el aeropuerto para no pagar un almuerzo en un restaurante. En resumen: viajan como podría viajar cualquier persona de su edad que no dispone de mucho dinero.
Hace años conocí gente en España que con el «boom» de internet pasó de tener nada a ganar realmente muchísimo dinero con su página personal, no hablo de grandes portales sino del equivalente a lo que podrian ser hoy un Youtuber, una persona y su blog personal. La vida de todos ellos cambió. Algunos eran conservadores con el dinero y otros lo usaban libremente sin mucho reparo, pero en la vida de todos ellos había un claro antes y después del éxito en Internet. Lo que quiero decir es que nadie se queda en un albergue ni vive en un piso en el que la puerta de enfrente es un piso patera, si estás ganando 700 mil euros al año. Nadie hace todo un tema por un ticket con descuento para el metro de Tokio si está ganando 60 mil euros al mes. Puede haber un excéntrico, un Youtuber asceta, pero ¿todos?. ¿Un clan de Youtubers españoles millonarios dedicados al perfeccionamiento espiritual por el camino de la austeridad y la sencillez? Lo veo complicado.
Otra cosa que me pareció extraña es que a pesar de que muchos de ellos tienen millones de suscriptores (uno de ellos tiene 12 millones) jamás había escuchado sus nombres. Para hacerse una idea, España como tal tiene alrededor de 50 millones de habitantes. Hay canales que tienen 5 millones de views por vídeo. Eso quiere decir que el 10% de los españoles (1 de cada 10) se despierta cada mañana a mirar qué ha dicho esa persona en Youtube. No sólo son los ricos más pobres sino que también son los famosos más desconocidos.
Todo eso me parecía curioso y me puse a mirar los datos más de cerca. Semanas antes Yael se había creado su canal de Youtube y había subido una serie de vídeos de los que tenía todas las estadísticas. Como tengo todos los datos a mano podía usar su cuenta como “control”. Se me ocurrió comparar sus estadísticas con las de estos vloggers, tanto los americanos como los españoles. Encontré que aunque el canal de Yael tenía un patrón similar de views vs likes vs suscriptores vs comentarios por vídeo y ese patrón se mantenía si mirabas otros canales al azar, cuando comparabas los números con las estadísticas de los vloggers de los que estoy hablando, había discrepancias significativas.
La estadística más dispar era la de suscriptores por vídeo. En Youtube si pulsas sobre las estadísticas de un vídeo en concreto puedes ver cuántas personas se suscribieron al canal desde ese vídeo en particular, es decir cuantas personas vieron el vídeo, les gusto y decidieron suscribirse al canal por ese vídeo. En los vídeos de Yael la proporción se mantiene. Vídeos que tienen 30 mil views, por ejemplo, generaron alrededor de 600 suscriptores. Vídeos que tienen 50 mil, generaron 750 suscriptores, y así. Pero muchos de los vídeos de los vloggers de los que hablo generaron la misma cantidad de suscriptores (700) pero cuando ves cuánta gente ha visto el vídeo encuentras que ha sido visto por 400 mil personas. Es decir, con 10 veces más tráfico generan la misma cantidad de suscriptores que Yael. Hay incluso un español que tiene un vídeo que generó 1900 suscriptores cuando fue visto más de 5 millones de veces, lo que quiere decir que generó 3 veces más suscriptores pero fue visto 80 veces más. Si la proporción se mantuviese ese vídeo tendría que haber generado 56 mil suscriptores.
Un día, pensando en todo esto, me pareció que si era posible comprar followers en twitter desde hace años, seguramente también existiría un mercado similar para comprar visionados de Youtube. Eso explicaría que muchos vídeos tuvieran tantas visitas y tan pocos suscriptores. Explicaría que gente con tanto tráfico viva en esas condiciones y se hospede en albergues. Busqué en Google y di con una página que explicaba exactamente cómo hacerlo. Cómo comprar visionados, likes, y comentarios de Youtube, y lo más sorprendente es lo barato que es hacerlo. Comprar 1000 views para un vídeo cuesta 1 dólar. Con 100 dólares compras 100 mil views. Es así de simple.
Quiero decir que señalando todo esto de la compra de views en Youtube no les estoy haciendo un mal, todo lo contrario. Si tus videos los ven cientos de miles de personas cada día y aun así eres pobre solo puede ser por dos razones o porque es mentira o porque eres tonto. Afirmando que es mentira, descarto el que sean tontos.
Para alguien que no sepa, puede parecerle una afirmación gratuita, para cualquier persona que conozca Internet sabe que mantener la atención de más de 100.000 personas todos los días te convierte en una persona bastante solvente, digamos que tienes la vida resuelta por muy tonto que seas, si hablamos de millones de personas cada día mirándote, imagínate.
Buscando un poco más descubrí que dentro de Youtube existen redes de canales, networks. Son grupos de canales que parecen independientes pero que en realidad los lleva una agencia de publicidad. Son agencias cuyo principal atractivo es que manejan canales de Youtube. Le venden publicidad en esos canales de Youtube a otras empresas y siguen comprando views para inflar las cuentas de sus canales de Youtube porque inflar los datos les ayuda a ganar más clientes que se quieran anunciar en sus canales de Youtube. De hecho, si te metes en las páginas de estos networks ves que venden las visitas como si estuvieran vendiendo patatas, los venden al peso, suman los suscriptores de todos sus canales y le dicen al anunciante “mi network tiene 100 millones de suscriptores” o “mis vídeos los ven 400 millones de personas”. Puestos a suponer y si me pidieran mi opinión, diría que esos networks de Youtube empezaron vendiendo views y followers y se pasaron posteriormente a lo de «network de Youtube».
Existe al posibilidad de que los Youtubers no tengan ni idea de que sus views/suscriptores están inflados. Se que muchos famosos españoles: escritores, cantantes, actores han tenido durante años sus cuentas de twitter infladas de followers falsos sin ser conscientes de ello, lo mismo se están enterando ahora. Las empresas de marketing online que se dedican a promocionarlos, les venden ese éxito en las redes sociales como consecuencia de su labor promotora. Todo mentira.
Volviendo a lo de los networks de Youtube, la existencia de estos explica por qué, por ejemplo, los vloggers americanos llevan todos el mismo monopatín una semana determinada: pertenecen al mismo network y les han pagado por sacarlo en sus vídeos. Cuando uno de ellos anuncia que está sacando una aplicación, lo más probable es que la aplicación no sea suya y estén usando su imagen.
Esto no quiere decir que las visitas de todos estos vloggers sean falsas en su totalidad, me explicaré. Cuando pones un vídeo nuevo y le compras 100 mil views, Youtube cree que el vídeo interesa a la gente, y comienza a recomendarlo en la portada, en la barra de la derecha, al final de otros vídeos, etc. Así estos canales obtienen visitas reales de usuarios de Youtube que de otra manera jamás hubiesen llegado a ese vídeo. Muchos de ellos se suscriben de verdad. Comprar viewers hace un efecto bola de nieve. Todo ocurre a una velocidad mucho mayor, y además parece de entrada que todo lo que haces interesa a la gente. La respuesta de una persona normal ante un vídeo también cambia según la cantidad de views que un video tiene. Si ves un vídeo que tiene 200 mil views, te parece de antemano que ese vídeo es popular y que es mejor que otro similar que tiene solamente 2 mil. Esa es la razón por la que inflan las estadísticas.
Entonces me di cuenta de que la diferencia entre Europa y EEUU es a pesar de que en los dos lados todo es mentira simplemente en EEUU saben hacerlo mejor. A los americanos no sólo les compran tráfico y visionados para inflarles la imagen. También los convierten en una personalidad, les dan una historia de vida, una meta, los ponen a hacer cosas que una persona común no puede hacer. Y además usan a unos para dar publicidad a otros. Así sacan de la nada nuevos personajes y amplían su oferta a los anunciantes. En Europa no entienden ese concepto y terminan haciendo cosas que no concuerdan. Así el español que en teoría gana 700.000 euros al año se tiene que quedar en un albergue cuando viaja, pero el americano, como vi en un vídeo hace unos días, cuando va de viaje y encuentra un atasco para llegar al aeropuerto le dice al taxista que tire por otro lado, y coge un helicóptero. Evidentemente está todo preparado y el servicio de helicópteros habría pagado para salir allí, pero el caso es que le crean una imagen coherente.
En internet de una forma o de otra siempre se han inflado los datos, se han inflado los contadores de visitas de las webs, se ha engañado a Alexa, se ha «engañado» a Google con mil truquitos para salir el primero en las búsquedas, incluso los diarios digitales recargan una y otra vez sus paginas cada x segundos para inflar las páginas vistas y ahora se inflan los contadores de Youtube. pero al final del día los únicos que permanecen año tras año son los que han hecho sus deberes y han trabajado y creado algo que a la gente le gusta. Inflar las visitas o engañar a Google para que te indexe más y mejor que a los demás solo es necesario si lo que produces no interesa a nadie.