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Esto va así: cuanto más tarden las autoridades belgas en darnos una descripción detallada de los terroristas, más certeza tendremos de que no se trata de hombres blancos. Por ahora oficialmente solo se habla de un «ataque suicida».
Como es poco probable que el suicida lleve por nombre Thomas o Maxime, todos sospechamos que se trata de yihad islámico, lo digan o no las autoridades, porque los supervivientes del aeropuerto dijeron que escucharon gritos en árabe antes de las explosiones, y porque el modus operandi de atacar aeropuertos y estaciones de metro, está más que claro, así que los medios no lo pueden ocultar.
En lugar de ocultarlo van a echar mano del Plan B que es defender al islam culpando indirectamente a Europa y al hombre blanco de este ataque. Todos los periódicos reportan lo ocurrido, e incluso reportan lo de los gritos en árabe. El truco lo hacen a la hora de dar las interpretaciones sobre la motivación del ataque. Según los medios los ataques son en represalia por la captura de uno de los terroristas del atentado de la Sala Bataclán Salah Abdeslam días atrás.
Solía creer que el problema de la derecha era que se informaba de las mismas fuentes que la izquierda y no tenían la capacidad para desmarcarse. Pero ahora creo que tanto la derecha como la izquierda defienden los mismos intereses globalistas porque todos los medios, independientemente de su ideología, están al servicio de los mismos grupos. Tanto en España como en el extranjero están promoviendo la misma interpretación, tanto El País como el ABC. Tanto The Guardian como DailyMail. Tanto NY Times como Washington Post. Todos quieren vendernos la idea de que el atentado fue la consecuencia de haber capturado a Abdeslam. Cualquier ficción con tal de mantener el credo de que con las fronteras abiertas estamos todos mejor.
Funcionan igual que los trileros. Tú quieres saber dónde está la bola, y ellos te marean dándole vueltas a los vasitos. Cuando te explican un ataque terrorista de este tipo obligándote a ponerte en el lugar del yihadista ya has perdido la batalla. Para que alguien entienda por qué ocurre esto en Bélgica, no tiene que preguntarse qué es lo que motiva al yihadista. Lo que motiva al yihadista es el islam. Partiendo de la pregunta incorrecta jamás llegarás a la respuesta. Lo que tienes que preguntarte es por qué Europa permite que esto ocurra en tus ciudades.
La pregunta correcta es: “¿cómo hemos permitido que ocurra esto?”. Como los terroristas han existido siempre la respuesta es que no nos hemos defendido. Y eso nos llevaría a preguntarnos por qué Europa no se defiende. Los periódicos no pueden arriesgarse a plantear estas preguntas porque si la gente se lo plantea de esta manera la respuesta es tan sencilla, es tan de sentido común, que una vez hecho el ejercicio van a llegar a la raiz del problema, y eso no conviene.
El problema lo tiene Europa. Sus puertas abiertas. Abiertas hacia países islámicos y sus influencias. Los gobiernos europeos han dejado entrar células terroristas a Europa en números nunca antes vistos, les han dado protección, y nos han convencido de que es lo correcto hacerlo. Merkel y la Unión Europea ha permitido a Arabia Saudita y a la OTAN financiarlo y financiar también la construcción de mezquitas salafistas en nuestras tierras. Con el agravante de la política de libre circulación dentro de Europa que permite que los musulmanes se muevan de un país a otro como si fuesen el mismo, que planifiquen ataques y huyan a otro país como si nada.
La única conclusión posible es que si queremos vivir en paz y proteger la seguridad de nuestras ciudades lo que hay que hacer es destituir y juzgar a los políticos que crearon el problema, cerrar las fronteras de Europa, echar a los refugiados, eliminar todo tipo de inmigración proveniente del mundo musulmán, vigilar las mezquitas y tomarnos la amenaza del islam realmente en serio. También tendríamos que proteger cada país individualmente eliminando la libre circulación en Europa para que cada país pueda controlar su territorio sin preocuparse sobre lo que le llega del vecino. Y tenemos que hacerlo ahora mismo.
Mientras tanto, los tontos útiles de Europa reciben a esta gente con los brazos abiertos, con carteles y flores, les regalan comida y los albergan en sus casas. Es una psicosis colectiva, un masoquismo suicida que va a llevar a Europa a su propia destrucción.
Yo puedo decir todas estas cosas porque a mí no me paga nadie, no tengo que cuidar la línea editorial de ningún periódico y no estoy al servicio de ninguna empresa. Pero difícilmente vas a escuchar esta interpretación de nadie más. Especialmente no la vas a escuchar de los periódicos porque estas ideas van en contra de los intereses globalistas de sus inversores, pero también porque los agitadores profesionales también están al servicio de los mismos intereses y cuando alguien colorea por fuera de las líneas lo acusan de racista, de xenófobo y todo lo que eso conlleva.