En el futuro las personas solo tendrán derecho a enviar un «tuit», un mensaje, y a subir una sola foto a Internet. En toda su vida. Dedicarán muchos años a meditar, con la ayuda de guías, sabios y consejeros, qué es lo que quieren decir en ese «tuit» y otros tantos años, con ayuda de especialistas, artistas y estetas, a elegir la fotografía que quieren que acompañe ese mensaje.
Tomadas las decisiones, elegido el mensaje y la imagen, se celebrará una ceremonia, en la que reunido con su familia, el sujeto procedera a enviar ese mensaje que ha elegido cuidadosamente para que sirva de referencia a las generaciones futuras que quieran saber sobre él, sobre que pensaba.
Será un tema serio este del tuit y la foto.