Debería existir un mercado de intercambio de pasaportes. La idea es muy simple: yo tengo un pasaporte español, lo pongo en el listado de ese mercado de pasaportes, y otra persona que tiene un pasaporte japonés pone el suyo. Llegamos a un acuerdo y lo intercambiamos. Ahora yo soy japonés y él es español. Cada uno puede coger un avión y volar a su nuevo país por tiempo indefinido.