Este hombre de la foto se llama Juan Ramón Badillo Hernandez y usa el alias de «cuelloabotonao» en Internet. Lleva exactamente 3 años acosándome a mi y a mi familia en Internet.
En la Navidad del 2012 Juan Ramon Badillo decía en twitter
*Nota los 7 favoritos que tiene el tuit, más adelante explico como este hombre es solo uno de un grupo enorme que trabaja en equipo.
En diciembre del 2012 decía que le parecería bien que me mataran en medio de la calle a mí por Andaluz y a mi mujer por judía. Yo no soy Andaluz y mucho menos de Sevilla. Viví en Sevilla 4 años pero no soy de allí, nací en Menorca y viví en Menorca hasta los 15 ó los 16 años. Aclaro este punto porque he aprendido que la mayoría de los individuos que se comportan como Juan Ramon Badillo, tienden a crearse una fantasía, que raras veces coincide con la realidad, de como eres tú y es eso lo que linchan, no te odian a ti sino a la imagen que ellos han creado. Es un fenómeno que no pasaría de ser una curiosidad si no fuera por el odio, la violencia, y la insistencia con la que te persiguen.
En Marzo del 2015, tres años después, Juan Ramón Badillo seguía en lo mismo y escribía esto en twitter
En esta ocasión Juan Ramón Badillo proponía orquestar una especie de linchamiento antisemita en twitter contra alguien de mi familia.
Entre estos dos «Tuits» hay decenas de tuits similares que ha ido publicando durante todos estos años. Quiero que se entienda que no se limita a insultarme sino que en unos desea la muerte, en otros llama a la acción de otras personas a que se unan con él a insultarme, y dada la frecuencia y la intensidad de los ataques se podría hablar de acoso.
Es decir, que lo de Badillo no es un simple insulto al que se pueda hacer oídos sordos, no es un caso puntual que se deja pasar y ya. Ante estos escenarios tienes sólo dos opciones: o te vas de Twitter o haces algo al respecto, aguantar estos ataques se termina conviertiendo en algo insoportable. Te ponen entre la espada y la pared.
Tres años es mucho más de lo que cualquier persona hubiese aguantado a Juan Ramon Badillo en una situación normal. Siempre pensaba que a la larga se cansaría, que por fuerza tendría que parar algún día, que se obsesionaría con otra persona y se olvidaría de mí. No ocurrió así.
Hay quién aconseja bloquearlos, pero aunque no puedas leer sus tuits, sí te llegan las alertas de los tuits que escriben sus seguidores cuando responden a lo que ellos ponen, o cuando te mencionan directamente para insultarte. Y aunque no fuese de esta manera, es normal que quieras enterarte cuando una persona llama a otros a lincharte o cuando pone que desea que te maten por la calle. Es preferible saber lo que está pasando que ignorarlo, porque nunca sabes qué clase de loco puede estar detrás de su cuenta o de la de sus seguidores.
En su momento probé denunciar a las cuentas más problemáticas, y en algunos casos funcionó: cerraron sus cuentas de Twitter o dejaron de enviarme emails y no supe nada más de ellos. Otros se acojonaron, patalearon, y cuando vieron que no podían hacer nada le pusieron un candado a su cuenta. Algunos de estos, los del segundo grupo, con el tiempo se les pasaba y volvían a abrir sus cuentas de twitter. Al tiempo me mencionaban otra vez, como probando el agua, y al cabo de un año estaban de regreso con todo el arsenal de insultos y de ataques. En vista de que la eficacia de denunciar a una persona está lejos de ser del 100%, denunciar directamente a Juan Ramon Badillo no era una opción además porque no es un caso aislado, como él hay decenas de personas y denunciarlos a todos significaría pasarme la vida en la policía o en el juzgado
Hace 4 días decidí terminar con esto de la única manera que se me ocurrió: usando sus ataques en su contra. Echándole un vistazo a su cuenta en Facebook leí como él mismo contaba hace unos meses que había empezado a trabajar en TOPMAN una tienda de ropa en Londres, y como es UK y es una tienda importante, sé que nadie quiere tener como empleado a una persona que, como Juan Ramón Badillo, hace este tipo de cosas por internet. Evidentemente si hubiése sido en España y en lugar de Topman, Juan Ramón trabajara en Bershka, ni se me hubiese ocurrido intentarlo porque sé que lo más probable es que no pasaría nada no porque Inditex no cuide de la imagen de sus tiendas, sino porque su jefe, o los del PR de Inditex en España ni siquiera entenderían el problema.
Después de consultarlo con mi abogado llamé por teléfono al departamento de prensa de Topman, les conté la situación y les envié por email toda la información que tenía sobre Juan Ramón Badillo que no sólo está obsesionado conmigo, sino que además tenía también una obsesión con los judíos en general. Les envie un PDF con las capturas de todos los tuits antisemitas que durante años había acumulado de su cuenta de twitter y la traducción de sus tuits al inglés. Estos son algunos ejemplos de lo que había en el PDF:
Siempre me sorprende ver a españoles con ese tipo de odio hacia los judíos. En España no hay casi judíos, es prácticamente imposible viviendo en España llegar a conocer a un judío ni tener una relación con ellos, al menos no la suficiente como para llegar a amarlos o a odiarlos. Si vives en España y dices que odias a los judíos tiene tanto sentido como decir que odias a los habitantes de Tansen que viven en las colinas en el Oeste de Nepal.
En fin, la persona que trabaja en el departamento de prensa de Topman me explicó que Arcadia, conglomerado de tiendas a la que pertenece Topman, tiene un manual del empleado con reglas muy claras con respecto al comportamiento que esperan de sus empleados tanto dentro como fuera de Internet. Me aseguraron que harían algo al respecto.
A la mañana siguiente habían despedido a Juan Ramón Badillo de su trabajo como vendedor de zapatos en Topman y yo recibía un email de alguien de Topman que me pedía disculpas por el comportamiento de uno de sus empleados. A partir de ese momento Badillo corrió a su cuenta de Twitter y borró todos los tuits antisemitas y/o cualquier insulto hacia mi.
Juan Ramón Badillo es sólo un caso (y ni siquiera especial) de muchísimos que día tras día, por email, en twitter, en Facebook me han acosado a mí, a mi mujer e incluso a otros familiares cercanos. Internet está lleno de Juan Ramón Badillos, hombres casados, estudiantes, amas de casa, gente que se dedica a acosar a otros de formas bastante feas y sin un motivo aparente más allá del odio por el odio.
No solamente son personas aisladas odiando por separado, sino que forman grupos, muchos se conocen entre sí, crean redes de odio en las que designan a enemigos comunes y contra quienes desatan los linchamientos más intensos. Son cientos de personas comportándose como una sola con el objetivo claro de hundir a otros. Juan Ramón Badillo forma parte de un grupo como este y por eso cuando plantea desatar un linchamiento antisemita en contra de mi mujer no lo dice al aire, le está hablando a los otros miembros de su grupo.
Denunciar en la policía a toda esta gente, es prácticamente imposible. Como digo son decenas, se conocen entre ellos y cada día se apunta gente nueva a ese grupo que consideran el linchamiento y el acoso una forma casi de identidad. Lo que mueve a estos grupos a actuar de esta manera es que mientras están en Twitter son una masa de personas imposibles de identificar. Twitter permite las cuentas anónimas, pero incluso los que están linchando con su nombre y su apellido no resaltan como tal porque sólo son parte de una masa. Así que los ataques nunca tienen consecuencias para ellos, son capaces de hacer todas estas cosas sin costo alguno.
Si llegaste aquí buscando el nombre de Juan Ramon Badillo Hernandez porque ha pedido trabajo en tu empresa, te quiere alquilar un piso o cualquier otro motivo que requiera que quieras saber más sobre esta persona espero haberte sido de ayuda.
Enlaces: Juan ramon Badillo en LinkedIN – Juan Ramón Badillo en Facebook – Juan Ramon Badillo en Twitter: @cuelloabotonao