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Ayer llamó al programa de Carlos Herrera en la cadena Cope una madre que contaba lo siguiente:
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La gente se lo está pasando en Twitter como ejemplo de lo que debe hacer una madre para advertir a su hijo de los peligros de las redes sociales.
Vamos a ver si lo he entendido, la madre ve que su hijo tiene una cuenta en Instagram con 2000 seguidores, es un niño popular y debe hacerlo bien en la red social, no todo el mundo tiene 2000 seguidores en Instagram. Así que la madre decide DARLE UNA LECCIÓN:
Mi cuñada me avisa de que el niño tiene 2000 seguidores en Instagram y así que decidimos darle una lección
La madre ve que el hijo destaca en algo y decide darle una lección para que deje de destacar. La lección consiste en abrirse una cuenta falsa en Instagram, y acosar a su hijo a través de la red social haciéndose pasar por otro niño y decirle que va a ir a verlos al parque a él y a sus amigos. El niño que seguramente pensaría que el que escribía era un pesado le diría: «pues vale en el parque estamos cada tarde, ven cuando quieras». A la tarde siguiente, en lugar de aparecer otro niño en el parque, el que aparece es un tío que huele a vino blanco y que la madre ha buscado para que acose a los niños del parque y se ponga a hacer el raro. Los niños cuando lo ven se largan, claro, seguro que no es el primer borracho que se les acerca en el parque y a la mañana siguiente el niño le cuenta a su madre que ayer apareció por el parque un chalao que les quería quitar la pelota. Cuando se lo cuenta la madre le dice: » No hijo, no, era yo que te quise dar una lección».
¿Una lección de qué? pues una lección de nada. Una madre o un padre estúpido, es uno de las peores desgracias que te pueden pasar en la infancia. De adulto también, pero en la infancia es terrible.
La madre es idiota, posiblemente este divorciada y falta de atención masculina por eso llamó a la radio. Al que mandó era a un amigo de ella, un amigo que le gusta. Un amigo, el pobre, con muy mala suerte que lleva 2 años parado y se pasa la vida en el bar de abajo bebiendo vino, comiendo aceitunas y hablando de como Podemos va arreglarlo todo. A ella no se le ocurrió mejor idea que involucrarlo en toda esta estupidez, quería tener una excusa para verlo, para meterse en su coche e ir al parque con él sin que nadie en el barrio le pueda reprochar nada, lo hacía todo para darle una lección a su hijo. En el coche, antes de llegar, durante todo el camino y después a la vuelta se le estuvo insinuando. Él, que antes de subirse al coche se había bebido tres vinos y un botellín de cerveza, éste último fiado: «ahora vuelvo, apúntamelo ahí en la barra», no entendía muy bien lo que estaba pasando, se bajó del coche e intentó darle dos patadas al balón de unos niños que ella le había señalado como a los que había que darles una lección.
La tía, la cuñada de la madre, la que la aviso de que su hijo tenía «un instagram» posiblemente tenga otro instagram al que sube fotos enseñando la grasa que le sobra, pero nadie le hace ni caso. Al ver que su sobrino tenía mas éxito que ella decidió como experta que es en redes sociales, y en todo lo que sea engañar al marido en Internet, avisar a la madre del niño de los peligros de la red.
La historia es o esa o que todo se lo ha inventado esa señora para salir en la radio.