Desde el principio de Greenshines siempre he echado de menos tener un canal alternativo, más privado y que no esté a la vista de cualquiera, con el que comunicarme con la gente de la web. Pasarles enlaces, vídeos, zips y cosas que no puedo colgar en la página, bien porque son ficheros enormes que tirarían el servidor o me costaría un dineral en ancho de banda si lo dejo abierto a todo el mundo o bien porque es posible que me viese en problemas por culpa del copyright, por poner un ejemplo, si lo publicase en la web.
Con esa necesidad en mente, la de compartir cosas que no puedo poner en la web, nació el Newsletter de Greenshines. Su utilidad se ha visto más que justificada en muchas ocasiones, la última cuando estos días pasados pude compartir con todos los suscriptores un ZIP de 800 Megas que contenía algo que estaba buscando todo Internet. No hace falta que mencione qué era.
Mientras todo internet andaba pidiéndolo y buscándolo y quedándose con las ganas, los del newsletter lo teníamos todo desde hacía horas con la mayor de las discreciones.
Cuento todo esto porque aunque 400.000 de vosotros, los suscritos al newsletter, ya lo sabéis desde hace tiempo, mucha gente se ha apuntado en estos últimos días al newsletter pensando que era un requisito para recibir el ZIP de 800 megas, cuando el zip solo lo recibieron los que ya estaban suscritos en el momento en el que lo envié. Así que aunque muchos ya las conocéis de sobras, estas son las reglas y así es como funciona El Newsletter de Greenshines.
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